jueves, 11 de diciembre de 2008

DISCRIMINACIÓN: SE DA HACIA...los/as extranjeros/as

ESTO ES UN EJEMPLO DE ESO


Sin tratar de justificar hechos tales como la discriminación y el desprecio que según Gerardo Tossoratti debió padecer junto a su familia en Italia, es necesario puntualizar que a mi entender este señor se equivoca en muchos aspectos en sus apreciaciones en la carta de lectores aparecida el 22 de enero en esta sección bajo el título "El maltrato a los argentinos". En primer término creo que antes de viajar a Italia para radicarse con toda su familia debió informarse de las condiciones exigidas por la ley italiana para que un extranjero pueda trabajar. Ser ítalo-argentino porque simplemente se desciende de italianos no es sino un dato que tiene que ver con la historia familiar, pero no crea otro tipo de vínculos, ni otorga derechos civiles ni políticos, sin previamente avenirse al cumplimiento de requisitos y condiciones exigidos por la ley. En segundo lugar, si Tossoratti llegó a Italia un 1º de agosto de 2007 y ya el 2 de octubre del mismo año recibió la ciudadanía italiana, debería saber que lo hizo en tiempo récord, ya que ese trámite realizado desde Argentina puede durar años. Por otro lado, el autor de la carta, parece desconocer profundamente las vicisitudes de los primeros inmigrantes italianos (y por extensión todos los inmigrantes) que vinieron a nuestro país, lo que era el Hotel de Inmigrantes, lo que fue la ley de residencia y otros tantos obstáculos que tuvieron que superar los italianos que llegaban a Argentina, no por voluntad de nuestro pueblo en sí mismo, sino en virtud de los intereses de las clases dirigentes de la época. No fue todo color de rosas ni tan fácil, y sólo basta recorrer un poco la literatura de la época para ver en qué lugar se tuvo a los primeros inmigrantes. Y finalmente, llamar "muertos de hambre" a quienes a pesar de su pobreza económica y también en muchos casos intelectual, vinieron a trabajar y a fundar sus familias que hoy constituyen gran parte de nuestro pueblo, no creo que sea la mejor forma de expresarse, sino quizá la más burda, la más cruel y la menos justa con nuestros ancestros. En definitiva, por otro lado, habría que preguntarse en qué se diferencia Tossoratti de aquellos "muertos de hambre", ya que él mismo deja su patria, su cultura, su gente y se va, y seguramente con muchas más armas para abrirse camino que las que tenían aquellos italianos que buscaron con dignidad y trabajo un porvenir para los suyos. Hoy, reducir esa empresa histórica a la acción de "muertos de hambre", es sinceramente indigno de un argentino, una grave ofensa a nuestros antepasados y un verdadero maltrato a la memoria de nuestro pueblo.




Ezequiel Santoleri

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